Después de meses de trabajo intentando localizar a los compañeros de promoción, llegó el 26 de mayo. Amaneció un día despejado y soleado.
Coincidiendo con la celebración en el Colegio el II Día del Antiguo Alumno, nos reuníamos los componentes de la promoción que acabó sus estudios en aquel lejano 1987. Nos parecía increíble que hubieran transcurrido 25 años.
A las 10:30 h, aparecían por el patio del colegio los compañeros más madrugadores. Algunos de ellos viajaron desde otras ciudades españolas expresamente para este encuentro: Madrid, Alicante, Oviedo, León, Burgos, Huelva y Santander.
Saludos, emotivos abrazos y primeros intercambios de impresiones. Los recuerdos se agolpaban en nuestras cabezas. “Estás igual”, “parece que no han pasado los años por ti”, “parece que fue ayer…”, “¿qué ha sido de tu vida durante este tiempo?”, “¿te acuerdas de….?”, eran los comentarios y preguntas más repetidas.
A las 11 h. daba comienzo la Eucaristía en la capilla del colegio. José Manuel Domínguez leía, mejor dicho proclamaba, el Salmo Responsorial, Miguel García y Moncho Arroyo ofrecían junto a la orla de la promoción, nuestro quehacer diario, ilusiones, éxitos y fracasos de estos de estos 25 años, así como los anhelos de mejorar la sociedad en la que vivimos, nuestras familias, y los deseos de transmitir a nuestros hijos la fe que hemos recibido.
También recordamos a los que nos han dejado y que, seguro, nos estaban viendo desde el Cielo con una gran sonrisa.
Concluida la Sta Misa, cantábamos la Salve en honor a María, nuestra Madre del Cielo, y nos preparábamos para dirigirnos al salón de actos donde tendría lugar la entrega de la distinción de Asociados de Honor a los antiguos alumnos D. Félix Jesús de Fuentes Díez (promoción de 1928) y D. José Luis Mosquera Pérez (promoción de 1942).
Posteriormente, en el aula de audiovisuales se proyectó una presentación de fotografías de aquella época que habían preparado Moncho y Natalia. Pasamos un rato entrañable y divertido viendo un audiovisual que nos mostraba con unas pinceladas lo que ocurrió en aquel curso de 1986/87.
A continuación, recorrimos el colegio, recordando viejos tiempos: aulas, biblioteca, patio, gimnasio. “Nuestras clases ya no están igual…son más modernas y parecían más pequeñas.” Era el comentario más oído.
Eran cerca de las dos y media cuando pasamos al comedor del colegio donde fue servido un almuerzo que sirvió de nuevo para, entre bromas y chascarrillos, comentar muchos momentos vividos en aquel mismo lugar, antaño.
Concluida la comida nos fuimos a tomar café y una copichuela a los lugares que frecuentábamos en aquellos años. “Están más cambiados que nosotros”, se oía comentar.
Al día siguiente se publicaban las primeras fotos en las redes sociales con sus correspondientes comentarios:
-“Ha sido un fin de semana inolvidable para mí!! Me faltó tiempo para hablar con mis compañeros: ¡entramos juntos con 6 años!”
-“Ayer, día inolvidable. 25 años sin vernos, y como si siguiéramos juntos en clase. No todo va tan mal.”
-“Ganas tenía de que llegara este día y la verdad es que no me defraudó nada. El volver a ver a gente que hacía mucho tiempo que no se sabía nada de ellos o el recorrido en plan abuelete de «te acuerdas cuando…» por los pasillos del cole, el patio del jardín, el gimnasio, etc., en fin que ya queda menos para la próxima y a los/las que faltaron pues que se animen para la próxima.”
– “Disfruté muchísimo volviendo a ver a todos los compañeros. Fue como revivir uno de los mejores años de mi vida. De verdad, es que ha sido de esas cosas que te hacen más feliz. Además ha servido para recuperar el contacto con muchos de ellos, lo que proyecta el resultado del encuentro en el futuro.”
– “Lo mejor fue (además de reencontrarnos) el buen rollito que hubo desde el primer momento. Parece que hubiésemos terminado el curso hace cuatro días !!!! La próxima no me pierdo las copas !!”
– “Daba gusto reencontrarse con la gente. Era como si hubiéramos seguido viéndonos a diario!!! Qué ganas de repetirlo…”.