El sábado 27 de noviembre el grupo de antiguos alumnos del Colegio de la Promoción 1950-59 (que coinicidió con el tricentenario del nacimiento de San Juan Bautista de la Salle y con las Bodas de Diamante del Colegio) celebró su 51ª reunión de la salida del Colegio en Mojados (Valladolid). Para ello, y en un ambiente extraordinario de amistad, se juntaron buena parte de los componentes de la promoción.
Es la 51ª ocasión que el grupo se reúne, prácticamente cada año, a finales del mes de noviembre. Pero en esta ocasión el encuentro fue especial, pues se presentó el libro “Crónica de Promoción 1950-59” a cargo de D. Alfonso Peña Sanz profesor que fue del Colegio. En su relato, entrañable y de grato recuerdo para sus componentes, manifestó: “No hace falta que os diga que me hallo encantado de estar de nuevo con vosotros y con vuestras esposas. De mis 50 años de docencia guardo por lo general un buen recuerdo de todos mis alumnos, pero especialmente de los de vuestra promoción, mis primeros, en aquellas viejas aulas de Ingreso del vetusto pabellón central, desaparecido en el verano de 1958. Razón de más para que me encuentre muy a gusto aquí y ahora, para veros de nuevo y ponderar la excelencia de este trabajo tan cabal llevado a cabo por vuestro compañero José Luis de Miguel, y recogido en el disquete y libro con el título «Colegio Nuestra Señora de Lourdes. Crónica de la Promoción 1950-1959»”.
Y siguió diciendo: “He tenido el privilegio de ir observando los brotes verdes de esta planta según apuntaban; y cómo ella crecía y se iba convirtiendo poco a poco (como en la parábola del grano de mostaza) en el frondoso árbol que hoy se nos ofrece.
La gestión de José Luis ha sido extraordinaria:
– búsqueda aquí y allá, unas veces en los fondos de la revista Unión y en distintas hemerotecas, buceando en viejas publicaciones de la época;
– labor de selección y catalogación de los hallazgos;
– muchas horas de escaneo de tanto original;
– inserción de cuantiosas vivencias personales y
– el subsiguiente registro en soporte informático y en papel. Muchos “megas” y más de mil páginas.
El enfoque de las situaciones puede que sea personal, pero sin perder objetividad, tal como lo hubiera hecho cualquier testigo imparcial de aquellos episodios. José Luis mira hacia atrás con naturalidad y con moderado humor, sin que le afecte demasiado la añoranza. Y a lo largo de sus páginas se desprende un profundo sentimiento de fe y religiosidad, sin duda recibido en el seno de su familia y acrecentado luego dentro de los muros del Colegio, bajo el patrocinio de nuestra Madre de Lourdes y de San Juan Bautista de La Salle”.
Y continuó diciendo: ”En esta Crónica vais a encontrar un raudal de información literaria y gráfica, que reavivará vuestra memoria:
– el Colegio al que llegásteis en 1950 (pabellones, patios, capilla, etc.) y su entorno;
– vuestras aulas; vuestros profesores y las asignaturas que impartían;
– los equipos directivos;
– la crónica de cada curso mes a mes y trimestre a trimestre;
– las noticias internacionales, nacionales y locales; los estrenos cinematográficos, la liga del fútbol profesional;
– las fotos de los grupos de clase;
– y, en un aspecto más personal, los quehaceres del autor durante los veranos.
También se recoge, con abundante documentación gráfica, la reunión del año pasado, conmemorativa de las Bodas de Oro de la Promoción y asimismo la remembranza de los compañeros que descansan en la paz del Señor”.
Cabe resaltar en que en la publicación se recogen:
– los grandes acontecimientos de cada curso (Dogma de la Asunción, Bodas de diamante, medallas de oro al Colegio y al H. Enrique Thelvold, Centenario de las apariciones de Lourdes, Cambios de Planes de Estudio, etc.);
– los festividades litúrgicas (Navidad, Lourdes, Semana Santa, etc. y los ejercicios espirituales en Cristo Rey, Palencia, etc.);
– las empresas deportivas (las cuatro copas de los Campeonatos Escolares Nacionales, el nuevo estadio La Salle en la carretera de La Olma, pruebas ciclistas, competiciones internas y externas, etc.);
– las actividades extraescolares (teatro, Escolanía, Santa Cecilia, concursos de declamación, excursiones, los premios de fin de curso, las visitas científicas, etc.);
– las obras de remodelación del edificio, que os acompañaron durante toda vuestra estancia colegial…
Terminó su alocución con un recuerdo de algunos de los profesores de la Promoción:
– “El H. Enrique Thelvold, que os recibió junto con el H. Paulino, cuando andabais por los seis años;
– el H. Camilo, que os preparó para la Primera Comunión, y que falleció poco después, en 1951;
– el H. Ricardo, presente en tantos afanes además de sus clases: biblioteca, monaguillos, primeras comuniones y, al final, misionero en Egipto;
– los directores del colegio: HH León, Antonio y Marcos, y los HH Prefectos: Gregorio, Tomás, Agustín, Elías, Heliodoro, Prudencio y Salvador.
– los HH. Julián Velasco, Jorge y Joaquín, fundadores y guías de la Escolanía, junto con el apoyo del H. Eulogio en su función de organista;
– el H. Andrés Agudo, que puso en escena tantas comedias y hasta musicales (“En un Mercado Persa”), con infinita paciencia y entrega;
– el H. Florencio, con sus pruebas ciclistas y algunos pinitos en el teatro;
– el H. Higinio, abnegado enfermero y artífice de aquellos belenes tan premiados;
– los HH. Elías y Carlos y D. Adolfo de Santiago, con sus cuatro campeonatos nacionales;
– el H. Francisco Riveras, con su taller de encuadernación, su laboratorio, su revista Unión,
– el H. Agustín Agüero, del que, constato, guarda José Luis (y estimo que todos) excelente memoria”.
A continuación el autor el autor de la obra agradeció las palabras del presentador, agradeció la presencia de todos y resumió los motivos que le llevaron a redactar la Crónica, señalando: “Desde el ya lejano año de 1950, siendo niños, habíamos llegado al Colegio de los “baberos” por tradición familiar, por una buena educación cristiana, por proximidad vecinal, por convicción de los padres, etc. Largos años de bregar en las aulas con alegría, con ilusión, con tristeza, con desencanto, con entusiasmo. Como diría el maestro Machado, “al andar se hace el camino, / y al volver la vista atrás / se ve la senda que nunca / se ha de volver a pisar”; atrás quedábamos la infancia, la juventud en su etapa adolescente, el desarrollo físico, intelectual y científico atesorado durante estos años. Cierto que la senda andada nunca volveríamos a pisarla pero en el corazón de todos se aglutinaba el sentimiento, la FE con mayúsculas y una ilusión enorme por afrontar el reto de la vida; llegáramos a donde llegásemos la senda andada quedaba atrás: nuestra historia, el recuerdo… ¡la felicidad!”. Y añadió: “ Esta «Crónica de la Promoción 1950-59» nos propone detenernos un momento y dejarnos invadir de cuanto de bueno tuvo para nosotros aquella parte de nuestra vida; que recordemos, suceda lo que suceda, siempre hay mucho que celebrar y recordar”. Concluyó ofreciendo la obra a las esposas: ”c on ilusión, con igual cariño que un día os prometimos amor y respeto, hoy ponemos en vuestras manos esta parte de nuestras vidas”.
Simultáneamente a la exposición se proyectó en pantalla el resumen de la obra preparada por Matías Domínguez.
El autor hizo entrega al presentador de la obra, en nombre de todos, del ejemplar número cero, en texto gráfico, que comprende un total de 1.051 páginas.
Como final del acto se distribuyó un DVD con la totalidad de la obra, reuniéndose los presentes en una cena.